Gel hidroalcohólico o agua y jabón contra el SARS-CoV-2

La pandemia de SARS-CoV-2 nos ha privado de cosas como los abrazos. Pero también ha traído cosas buenas: ha conseguido recordarnos una vez más lo importante que es la higiene de las manos para mantenerse sano. Con o sin pandemia.

Más vale prevenir que curar

Una vez confirmada la transmisión aérea del Covid-19 por medio de aerosoles, los científicos se centraron, en la medida de sus conocimientos, en promover la ventilación en interiores durante los últimos meses de la pandemia. Pero aunque los cambios variables en el aire interior son esenciales para controlar la transmisión, no debemos olvidar las otras medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el principio. Estas incluyen: la distancia de seguridad, el uso de mascarillas, incluso en zonas abiertas, y la higiene de manos especialmente frecuente.

No es la primera vez en la historia que este buen hábito cobra importancia. La higiene de las manos se convirtió en una práctica habitual a mediados del siglo XIX, debido principalmente a la elevada tasa de mortalidad de las mujeres embarazadas ingresadas en los hospitales europeos para dar a luz. Otro paso importante fue el dado en 1822 por el Dr. French, un farmacéutico francés, que demostró que sumergir las manos en una solución de cloro podía eliminar el hedor de los cadáveres y la propagación de enfermedades.

La falta de higiene mata

A pesar de todo lo que ha ocurrido desde entonces, la mala higiene de las manos sigue teniendo un efecto perjudicial en la salud mundial. Cada año, 3,5 millones de niños de todo el mundo mueren a causa de esta enfermedad.

Si nos centramos en la población adulta, el Helicobacter Pylori, la bacteria que causa las úlceras de estómago, está presente en dos tercios de la población mundial. Y resulta que la vía de infección es fecal-oral, por lo que la transmisión se produce a través de una mala higiene de manos en personas que han ido al baño.

El asunto es tan grave que se está organizando un Día Mundial del Lavado de Manos -el 15 de octubre- para concienciar sobre la importancia de lavarse las manos.

La infecciosidad del SARS-Cov-2, especialmente de las cepas emergentes, hace que las superficies impregnadas de cierto líquido sean una fuente de contaminación. Si se toca con las manos una superficie con una carga viral suficiente y se acerca a las membranas mucosas (ojos, boca, nariz), la probabilidad de infección aumenta.

El gran número de pacientes que se infectan cada día, unido al hecho de que en la mayoría de los casos la colocación y el uso de las mascarillas no son correctos, hace que los lugares a los que acuden muchas personas puedan tener superficies contaminadas. Si a esto le añadimos que nos tocamos la cara una media de 500 veces al día sin darnos cuenta, parece evidente que hay que vigilar esta técnica.

De poco sirve desinfectar las salas y superficies o garantizar una buena ventilación si estas medidas no van acompañadas de una higiene de manos regular.

Una persona se rocía un gel hidroalcohólico en una de sus manos.

Lavarse las manos no es sinónimo de higiene de manos.

Para minimizar el contagio de Covid-19, es importante conocer la diferencia entre el lavado de manos y la higiene de manos, los productos adecuados y la técnica correcta.

El lavado de manos consiste principalmente en eliminar la suciedad y ciertos microorganismos con agua y jabón no antiséptico. Es la opción más recomendable cuando hay suciedad visible en las manos. Este proceso de lavado debe durar entre 40 y 60 segundos.

Por otro lado, está la higiene de las manos, es decir, la erradicación de los microorganismos infecciosos utilizando un producto antiséptico (solución alcohólica o jabón antiséptico) durante al menos 25 segundos. Esta es la opción recomendada si nuestras manos no están visiblemente sucias.

Los productos adecuados son el jabón no antiséptico, que sólo tiene un efecto limpiador, y el jabón antimicrobiano, que contiene un antiséptico. El término «antiséptico» incluye los alcoholes (comúnmente conocidos como geles hidroalcohólicos), la clorhexidina, el cloro, el hexaclorofenol, el yodo, el cloroxifenol, los compuestos de amonio cuaternario y el triclosán.

En la práctica, durante la pandemia hay que desinfectar las manos siempre que toquemos superficies potencialmente contaminadas, antes de tocarnos la cara y al quitarnos la mascarilla. Según las recomendaciones oficiales, utilizaremos preferentemente productos de base alcohólica y

 

 

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